Ángel Traductor
El ángel le traducía cartas o hacía de intérprete cuando venían personas que no sabían italiano.
- El padre Pío no había estudiado lenguas extranjeras, pero las entendía.
- No había estudiado francés, pero lo escribía.
- A la pregunta de su director, el padre Agustín, sobre quién le había enseñado francés, el padre respondió:
- Si la misión del ángel custodio es grande, la del mío es más grande aún, porque debe hacer de maestro explicándome otras lenguas.
A principios de 1912 se le ocurrió al padre Agustín valorar la santidad del padre Pío, escribiéndole en lenguas que él no conocía.
Y entre ambos comenzó una correspondencia en francés y griego. Padre Pío superó brillantemente la prueba, porque hacía traducir las cartas a alguien.
Sobre esto hay un testimonio del cura párroco de Pietrelcina que, bajo juramento, certificó que el padre Pío, estando en Pietrelcina, recibió una carta del padre Agustín en griego.
El testimonio firmado dice así:
“Pietrelcina, 25 de agosto de 1919. Certifico, bajo juramento, yo, Salvatore Pannullo, párroco, que el padre Pío, después de recibir la presente carta, me explicó literalmente el contenido.
Al preguntarle cómo había podido leerla y explicarla, no conociendo el griego, respondió: “Lo sabe usted. Mi ángel custodio me ha explicado todo”.
El padre Agustín escribió en su Diario: El padre Pío no sabía ni francés ni griego. Su ángel custodio le explicaba todo y el padre respondía bien.
La ayuda de este singular maestro era tan eficaz que podía escribir en lenguas extranjeras. Entre sus cartas escritas, hay algunas que, al menos en parte, fueron escritas en francés.
Un día vino de Estados Unidos una familia, porque la niña, de padres italianos, quería hacer su primera comunión con el padre Pío.
La señorita americana, María Pyle, la preparó bien, pues la niña no sabía ni palabra de italiano.
La víspera de la comunión, María Pyle la llevó al padre Pío para que confesara a la niña, ofreciéndose a hacer de traductora, pero el padre Pío no aceptó.
Después de la confesión, María Pyle le preguntó a la niña si el padre Pío le había entendido, y respondió que sí.
- Y tú ¿lo has entendido?- Sí.- Pero ¿te ha hablado en inglés?- Sí.
El padre Ruggero afirma que un día se presentaron cinco austríacos que querían confesarse con el padre Pío a pesar de no saber ni palabra de italiano.
Pensó que el padre Pío los rechazaría por no entenderlos. Pero, al salir el primero, salió riéndose, y los otros igualmente salieron con mucha alegría.
Yo le pregunté algunos días después cómo había hecho para confesar a los cinco austríacos, que no sabían italiano, y me respondió: Cuando quiero, entiendo todo.
En 1940 vino un sacerdote suizo y habló en latín con el padre Pío. Antes de irse, el sacerdote le encomendó a una enferma.
El padre Pío le respondió en alemán: Ich werde Sie an die gottliche Barmherzigkeit empfehlen (la encomendaré a la divina misericordia). El sacerdote quedó admirado del hecho.
Refiere el padre Luigi Lo Viscovo que un día vino un sacerdote francés, residente en Lourdes, que quería confesarse con el padre Pío.
Le dije que el padre no oía confesiones en francés, porque no sabía esa lengua. Este sacerdote respondió que debía ser como en Lourdes que hay confesiones en distintas lenguas.
Me acerqué al padre Pío y le dije que ese sacerdote estaba hablando que él no conocía el francés ni otras lenguas.
El padre Pío respondió:
- Dile que sé francés, inglés, griego, latín, hebreo, arameo, alemán y otras lenguas, pero no quiero confesarlo.
El padre Tarsicio Zullo declaró: Cuando llegaban a san Giovanni Rotondo peregrinos de distintas lenguas, el padre Pío los comprendía.
Una vez le pregunté: “Padre, ¿cómo hace para entender tantas lenguas y dialectos?”. Y respondió: “Mi ángel me ayuda y me traduce todo”.
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