martes, 19 de mayo de 2020

COMPRENDIENDO LA PALABRA 190520


“...os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito.”

¿Quién eres, dulce luz que me inundas

alumbrando las tinieblas de mi corazón?...

¿Eres Tú el Arquitecto que construye la catedral eterna,

que se levanta de la tierra hasta el cielo?

Animadas por Ti, se yerguen las columnas a las alturas

cimentadas, firmes, inamovibles (Ap 3,12).

Marcadas con el nombre del Dios eterno

buscan la luz, sostienen la cúpula

que corona y perfecciona el edificio,

tu obra que abarca al mundo entero:

¡Espíritu Santo – mano creadora de Dios!...




¿Eres Tú el dulce cántico de amor,

del temor santo

que resuena en el trono de la Trinidad (Ap 4,8),

en unión esponsal con todo lo que es?

la melodía jubilosa, al unísono

que conduce cada miembro hacia la Cabeza (Ef. 4,15),

donde cada ser recobra el sentido misterioso de si mismo

y jubiloso se derrama 

en corriente libre, desligada:

¡Espíritu Santo – júbilo eterno!

Santa Teresa Benedicta de la Cruz
Edith Stein, (1891-1942), carmelita descalza, mártir, copatrona de Europa
Poesía, Pentecostés 1937

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