Cuando empecemos a vivir de acuerdo a la voluntad de Dios y no según la nuestra, todo tomará su sitio y nuestra alma se llenará de paz.
No es difícil, solamente debes repetirte a ti mismo que, desde este mismo día, dejarás de perturbarte por cualquier nimiedad y renunciarás a enfadarte con tu semejante; además, que empezarás a aceptar todo lo que te suceda, con agradecimiento, sin protestar, considerando todas tus penas el pago por los pecados cometidos.
Si no nos habituamos a pensar así, nuestra vida pasará inútilmente: seremos siempre los mismos, con todos nuestros pecados y vicios. Para tener paz en el alma debemos abandonarnos en las manos de Dios, para que Él viva en nosotros y nosotros en Él. Cuando empecemos a vivir de acuerdo a la voluntad de Dios y no según la nuestra, todo tomará su sitio y nuestra alma se llenará de paz.
(Traducido de: Îndrumar creștin pentru vremurile de azi. Convorbiri cu Părintele Ambrozie, vol. 1, Editura Sophia/Cartea Ortodoxă, București, 2008, p. 65)
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