Con Jesús por la mañana.
«¡Más difícil que amar a Dios es dejarse amar por Él! La manera de devolver tanto amor es abrir el corazón y dejarse amar. Dejar que Él esté cerca de nosotros y sentirlo cerca. Permitirle que sea tierno, que nos acaricie. Eso es muy difícil: dejarse amar por Él». (Papa Francisco). Ofrece tu día por la intención del Papa. ¿A quién le haría bien sentir tu amor, tu ternura y comprensión en este tiempo? Demuestra cariño y afecto. Acércate a los necesitados de tu vecindario y tu familia, con tu oración, compañía y sonrisa.
Con Jesús por la tarde.
«En esa oportunidad, Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños» (Mt 11,25). ¿Actúas con sencillez? ¿Valoras y agradeces las cosas simples de cada día, el sol, el aire, la comida, la vida de tus seres queridos? Las almas delicadas son agradecidas. Repite con agradecimiento y alegría: «Jesús».
Con Jesús por la noche.
Recuerda a las personas y agradece. ¿Quiénes caminaron esta jornada contigo? ¿Hubo quien te tendiera la mano? ¿Hubo quién hoy no te aceptó? ¿Qué puedes aprender de las experiencias que viviste con los demás? Agradece por esos maestros que te ayudaron hoy en tu crecimiento personal.
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