Puede que pienses que el otro no aceptará tu amonestación, pero si antes oras por él...
La experiencia me ha demostrado la siguiente norma: si debes reprender a alguien o hacerle alguna observación, primero pídele a Dios, en tu corazón, por aquella persona. Puede que pienses que el otro no aceptará tu amonestación, pero si antes oras por él... Puede suceder que, al contrario de lo que esperabas, esa persona acepte tu regaño con serenidad y hasta intente corregirse.
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