Con Jesús por la mañana.
«Cada acción y cada gesto de ustedes hacia el prójimo puede construir la paz.» (Papa Francisco). Las guerras que vemos en muchos países son reflejo de las guerras que los iniciadores tienen en su corazón. ¡Qué paz podemos procurar si en el corazón hay guerras y divisiones! ¿Hay reconciliación en tu corazón? ¿Tienes paz? ¿Contribuyes a la paz? Ofrece tu día por la intención del Papa. Que hoy, cada acción hacia los demás sea precedida por el deseo de hacer el bien y construir la paz.
Con Jesús por la tarde.
«Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Lo quiero, queda purificado”. Y al instante quedó purificado de su lepra» (Mt 8, 4). ¿De que deseas ser sanado? ¿Qué quieres que Dios transforme en tu corazón? Que estas palabras resuenen en tu interior: «Sagrado Corazón de Jesús, dame un corazón semejante al tuyo». Ten presente el propósito de hoy.
Con Jesús por la noche.
Recuerda a las personas y agradece. ¿Hubo quien te tendiera la mano? ¿Hubo quién hoy no te aceptó? ¿Qué puedes aprender de las experiencias que viviste con los demás? Agradece por esos maestros que te ayudaron hoy en tu crecimiento personal.
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