sábado, 17 de junio de 2017

Evangelio según San Mateo 5,33-37. 
Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor. Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios, ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos. Cuando ustedes digan 'sí', que sea sí, y cuando digan 'no', que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno. 


RESONAR DE LA PALABRA

Luis Manuel Suarez, cmf
Queridos amigos:
Todos conocemos personas dignas de confianza. Porque su palabra es verdadera. Porque no exageran. Porque no quieren aparentar lo que no son, o no tienen, o no saben. Porque reconocen también su ignorancia. Porque saben preguntar y pedir perdón.
Dios también quiere que su palabra sea acogida no por medio de la violencia, sino porque revela lo que somos y lo que podemos llegar a ser. Por eso no juega a las apariencias ni a la imposición. Por eso es digno de confianza.
El Evangelio de hoy nos habla del valor de la palabra y de la verdad. Frente a los juramentos, falsas promesas o incumplimientos de lo prometido, Jesús recomienda a sus seguidores la humildad de un “sí” o de un “no”. También para aceptar el punto de partida de la propia debilidad. Sólo así Dios puede obrar su milagro en nosotros.
Gracias, Señor, por tu “Sí”.
Un sí a la vida, a mi vida.
Un sí a la verdad, a la humanidad.
Un sí a los más débiles.
Gracias, Señor, por tu “No”.
Un no a lo que quiere destruir tu proyecto.
Al egoísmo, a la autosuficiencia, al pecado.
Enséñame, Señor, a decir “sí” o “no”
según tu voluntad. Amén.

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

No hay comentarios:

Publicar un comentario