7mo.
Día:
¡Gracias
sean dadas al Padre!
Iniciamos la novena rezando la Secuencia…
para mal. Algunas cosas mejoraron
y otras empeoraron, pero algo lindo que se perdió es la gratitud. Antes la
gente era más agradecida y sabía reconocer los favores que se le hacían”.
Jesús era un agradecido al Padre. En todo lo que hacía le daba gracias.
Una vez, viendo las obras que realizaba, el bien que hacía y la alegría de la
gente, en vez de ponerse vanidoso dijo lo siguiente:
Del Evangelio de Mateo:
“En aquel momento. Jesús, lleno del Espíritu Santo
exclamó:
Te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra por
haber ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y haberlas revelado a los
pequeños. Sí Padre porque así te pareció bien”.
Palabra del Señor.
¡Qué buen ejemplo de humildad nos da Jesús! Él podía jactarse de todo
lo que hacía, podía sentirse autosuficiente o vanidoso y sin embargo prefiere
el camino de la humildad y gratitud. Alaba al Padre por su amor para con todos
y especialmente con los más pobres.
La abuela tiene razón, el hombre con tanto desarrollo científico y
tecnológico se volvió soberbio y orgulloso y se olvidó de Dios. Nosotros
tenemos que evitar esos sentimientos y para eso nada mejor que confiar en el
Espíritu Santo. Él nunca nos deja de recordar que lo que somos y tenemos se lo
debemos a Dios y al amor que nos tiene.
Vamos a responder con nuestra oración a la palabra que escuchamos dando
gracias al Padre bueno del cielo. Decimos: GRACIAS
SEÑOR.
- Gracias por todos los dones con que nos
llenaste el corazón en el bautismo…
- Gracias por darnos el Espíritu Santo para
que obre el bien en nosotros…
- Gracias porque si le rezamos al Espíritu
siempre seremos humildes y agradecidos…
- Gracias por toda la gente que ha hecho
cosas buenas por nosotros dando tiempo y amor para nuestro bien…
- Gracias porque en la Iglesia tenemos la
posibilidad de hacer en ‘tu nombre’ mucho bien a los hermanos con la palabra y
las obras….
Ahora le rezamos una vez más al Padre como enseñó Jesús…
Y con María también damos gracias diciendo…
Oración final:
Dios
Espíritu Santo con toda la Iglesia creemos en ti.
Te
reconocemos como Señor y dador de vida.
Nuestra
alabanza se siente inspirada al contemplar tu poder
Y
las maravillas que obraste en la creación del mundo
y
en la encarnación del hijo de Dios,
Jesús
nuestro Señor.
Te
alabamos por haber ungido a Jesús con óleo de alegría,
Por
haberlo llenado de poder
en
palabras y obras para con todos
Anunciando
a los hombres y mujeres de su tiempo
la
buena nueva de la salvación.
Te
alabamos por haber obrado en Él y por Él
las
maravillas del misterio pascual
que
hace unos días revivimos
impulsándolo
a dar su vida por nosotros
y
resucitándolo para darnos una vida nueva.
Por
todo esto hoy queremos agradecerte y alabarte.
Amén.
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