El desierto hace parte de la vida de todo cristiano!
No hay que huir de él, el propio Jesús lo enfrentó...
Pero dos cosas son importantes en el desierto:
La primera es saber que el desierto no es lugar de permanencia!
Es un lugar de pasaje... Es necesario no permanecer en el, pues grande puede ser el peligro si decidimos allí quedar... Por eso en medio del desierto es preciso caminar... Tal vez un poco más lento, pero siempre caminando...
La segunda realidad sobre el desierto, es que allí el Tentador puede mostrarse más fácilmente, querer envolvernos para hacernos caer...
En general cuando atravesamos el desierto y el tentador nos visita,
las tentaciones siempre esconderán un panorama de felicidad y placer!
Cuidado, pues es en el desierto que vemos espejismos!
Y seguirlos pueden hacernos experimentar lo amargo del pecado.
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