Sábado 30 de julio
Con Jesús por la mañana.
¿Alguna vez has pensado que Dios trabaja por ti? Considera que Dios mantiene con su poder creador toda la realidad, la transforma, la renueva y te la regala para que te ayude en tu diario vivir. Dios se mete y se compromete con tu historia y trabaja para tu bien y tu plenitud. El amor de Dios es la fuerza que mueve la vida. Ofrezco mi día por las intenciones del Papa. ¿Te comprometes a trabajar con Dios por tu vida y por la de tus hermanos, ayudándolo a Él y haciendo lo que a Él le agrada de ti?
Con Jesús durante el día.
«Miren cómo crecen los lirios, sin trabajar ni hilar» (Lc 12, 27). Tu vida crece y se fortalece por la acción de Dios. ¡Créelo! Ofrece tu tiempo para trabajar con Jesús en su misión en este mundo. ¡Haz que el cielo descienda al ver tus obras buenas!
Con Jesús por la noche.
Agradezco a Jesús mi día. ¿Pude entregarme a Dios para servirlo a Él y a mis hermanos? Pido ayuda a Jesús para sumarme a su proyecto desde hoy. Pido para que los pueblos indígenas reciban el trabajo desinteresado de sus hermanos. Pido para que los pueblos indígenas experimenten a Dios que trabaja para ellos a través de sus hermanos de otras culturas.
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