¡Buen día, Espíritu Santo!
Grabaste mi carne un día con tu sello
y me dejaste sin habla;
Era ciego de Luz, ciego de Amor, ciego de Esperanza,
y si grande fue el cambio fue porque Tu Gracia, aún mayor, me visitó.
Renueva, profundiza, trabaja en ésta Tu Obra!
¡Ven y llena, restaura, modela y abraza!
Muestra Tu Brazo Victorioso en éste día,
Alza tu Mano Poderosa sobre los que en Vos esperamos!
y susurra... ¿qué podemos hacer juntos hoy?
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