Nuestras batallas no son sencillas.
La vida de todo hombre no estará libre hostilidades,
ya la Palabra nos recuerda que el Reino sufre violencia.
San Pablo nos prepara cuando nos dice que…
¡nuestra lucha no es con hombres
De carne y hueso, sino contra principados,
Autoridades y poderes que dominan el mundo de las tinieblas!
IV Cerco de Jericó
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