¡Somos una raza de guerreros!
¡Nosotros confiamos en el PODER DE LA SANGRE DE CRISTO,
¡Y Estamos dispuestos a dar batalla!
Que éste CUARTO cerco nos ayude a reconducir nuestras vidas.
Que sean destruidas LAS MURALLAS DE ESOS
SIETE PECADOS CAPITALES.
Y, por la fuerza de la oración,
sólo quede en pie la Misericordia de Dios
junto a las virtudes que serán engendradas en nosotros.
IV Cerco de Jericó
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