"Orar es saber que estamos compuestos de tres dimensiones -espíritu, alma y cuerpo (1Tes 5,23), y precisamos cuidar de todas ellas de forma irreprensible hasta la vuelta de Jesús, combatiendo lo que nos hace mal. Esas tres dimensiones están intrínsecamente ligadas y afectan unas a otras: lo que es espiritual, por ejemplo, puede influenciar nuestro físico, así como nuestras emociones. Por eso, mientras hacemos las oraciones, la luz del Espíritu Santo nos ilumina, otorgando claridad a nuestras ideas y despertando en nuestra mente la percepción de aquello que necesitamos cambiar en nosotros mismos".
P. Vagner Baia
Libro: Diversas oraciones de cura y liberación.
Editora Canção Nova
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