lunes, 4 de mayo de 2020

LA SOLICITUD DEL BUEN PASTOR


La solicitud del Buen Pastor

El Buen Pastor, (…) en la parábola del pastor y de la centésima oveja perdida, busca la oveja con mucho afán, por fin la encuentra y lleva alegremente sobre los hombros. Muestra en una tierna imagen los detalles de su cuidado y cuál es su clemencia con las ovejas perdidas. Su palabra expresamente lo a: “El Buen Pastor da su vida por sus ovejas” (Jn 10,11). Esto es realmente el cumplimiento de la profecía: “Como un pastor, él apacienta su rebaño” (Is 40,11).

Con este fin, soporta trabajos, preocupaciones y hambre, trampas de fariseos y peligros de toda clase, anuncia el reino de Dios, recorriendo ciudades y pueblos. Pasa las noches en vigilia y oración y sin detenerse por la murmuración o el escándalo de los fariseos se muestra afable con los publicanos. Afirma que los que tienen necesidad del médico son los enfermos (cf. Mt 9,12). Da prueba de afecto paterno a los penitentes mostrándoles la inmensidad de la misericordia divina.

Evoquemos a los testigos de todo esto y citémoslos a la vista de todos: Mateo, Zaqueo, la pecadora postrada a sus pies y la mujer sorprendida en adulterio. Como Mateo, conviértete en el perfecto discípulo de este pastor tan bueno. Como Zaqueo, dale hospitalidad. Como la pecadora, unge con perfume y derrama lágrimas sobre sus pies, sécalos con tu cabello y acarícialos con tus besos. Podrás así, con la mujer presentada a su juicio, escuchar la sentencia de absolución: “¿Nadie te ha condenado?...Yo tampoco te condeno. Vete, no peques más en adelante” (cf. Jn 8,10-11).


San Buenaventura (1221-1274)
franciscano, doctor de la Iglesia
El Árbol de la vida (Œuvres spirituelles, III, Société S. François d'Assises, 1932), trad. sc©evangelizo.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario