Cumplir con sus deberes
El buen orden del mundo depende de la fidelidad de cada uno para cumplir con sus deberes de estado. Todos los desórdenes nacen de la negligencia que se tiene para cumplirlos. El mundo sería bello si cada uno cumpliera sus deberes de estado. Es lo que más se descuida, mismo las personas piadosas y ellas a veces más que otros. Sin embargo, no se acusan mucho de eso. (…)
Un hombre que falta a sus deberes de estado, aunque realice otras cosas, es una voz discordante en la harmonía del mundo. (…) Cuando se elige un estado, sólo se piensa en las ventajas humanas y no en todos los deberes humanos que implica. No se puede faltar a sus deberes sin herir al prójimo. Como Dios tiene los intereses de todos más presentes que los suyos propios, es muy peligroso de no cumplirlos.
Las omisiones en este punto se cometen fácilmente. Se perciben difícilmente y es raro que se las repare. Son pecados que se cometen al no hacer nada: no consiste en una mala acción y que frecuentemente sigue a una buena obra. Al omitir sus deberes, dañan a otros y se hacen daño ustedes mismos. Daño a los otros porque ustedes no cuidan que mantengan sus deberes y daño a ustedes mismos porque no realizan sus propios deberes.
San Claudio de la Colombière (1641-1682)
jesuita
Reflexiones cristianas (Écrits spirituels, Christus n° 9, DDB, 1982), trad. sc©evangelizo.org
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