«Los salmos son invocaciones, a menudo dramáticas, que brotan de nuestra existencia. Rezando con ellos, el sufrimiento se transforma en pregunta. Entre las muchas preguntas, hay una que está siempre presente: «¿Hasta cuándo?». Es un grito que surge de la enfermedad, o de la persecución, o de la muerte. Cuando la oración se hace pregunta ya es camino y principio de salvación. El sufrimiento es algo común a todos, creyentes o no creyentes. En el salterio el dolor se convierte en relación: un grito de auxilio que espera ser escuchado por un oído atento. Ante Dios no somos extraños, ni somos números; nos conoce a cada uno por nuestro nombre y nuestros dolores son sagrados para Él»
Francisco
Audiencia General
14-10-2020
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