«Cada uno de nosotros nos puede ocurrir experimentar heridas, fracasos, sufrimientos, egoísmos que nos cierran a Dios y a los demás, porque el pecado nos encierra en nosotros mismos, por vergüenza, por humillación, pero Dios quiere abrir el corazón. Frente a todo esto, Jesús nos anuncia que Dios no es una idea o una doctrina abstracta, sino que Dios es Aquel que se «contamina» con nuestra humanidad herida y que no teme entrar en contacto con nuestras heridas. Pero, padre, ¿qué está diciendo? ¿Que dios se contamina? No lo digo yo, lo ha dicho san Pablo: “se ha hecho pecado” (2 Cor 5,21). Él que no era pecador, que no podía pecar, se ha hecho pecado. Mira cómo se ha contaminado Dios para acercarse a nosotros, para tener compasión y para hacer comprender su ternura. Cercanía, compasión y ternura»
Francisco
Ángelus
14-02-2021
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