domingo, 14 de febrero de 2021

COMPRENDIENDO LA PALABRA 140221


«Cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones»

Levanté los brazos al cielo, hacia la gracia del Señor.

Echó mis cadenas lejos de mí.

Mi protector me levantó conforme a su gracia y su salvación.

Me despojé de la oscuridad y me revestí de la luz;

mis miembros no experimentaron ningún sufrimiento,

ni angustia, ni dolor.

El pensamiento del Señor me socorrió;

su luz me exaltó;

caminé en su presencia;

me acercaré a él alabándolo y glorificándolo.

Mi corazón se desbordó, invadió toda mi boca,

saltó hasta mis labios.

El gozo del Señor y su alabanza despejan mi rostro.

¡Aleluya!

¡Me escapé de mis cadenas y huí hasta ti, Dios mío!

Tú has sido mi derecha, mi salvación, mi ayuda.

Tú has detenido a los que se levantaban contra mí

y han desaparecido.

Tu rostro estaba conmigo y tu gracia me salvaba.

Era despreciado y rechazado a los ojos de la multitud.

Pero tú me has dado fuerza y ayuda.

Has colocado la luz a mi derecha y a mi izquierda.

¡Que en mí todo sea luz!

Me he revestido con la vestidura de tu Espíritu,

has quitado de mí los vestidos de piel (Gn 3,21).

Tu derecha me ha levantado y ha echado lejos de mí

mi enfermedad.

Tu verdad me ha robustecido y tu justicia me ha santificado.

He sido justificado por tu amor tan suave,

y tu descanso es para mí por los siglos de los siglos.

¡Aleluya!


Odas de Salomón (texto cristiano hebraico de principio del siglo II)
Nº 21 y 25

No hay comentarios:

Publicar un comentario