El corazón adorador echa fuera a todo Dios falso que atrae maldiciones a tu vida.
“La idolatría no se refiere sólo a los cultos falsos del paganismo. Es una tentación constante de la fe. Consiste en divinizar lo que no es Dios. Hay idolatría desde el momento en que el hombre honra y reverencia a una criatura en lugar de Dios. Trátese de dioses o de demonios (por ejemplo, el satanismo), de poder, de placer, de la raza, de los antepasados, del Estado, del dinero, etc. “No podéis servir a Dios y al dinero”, dice Jesús (Mt 6, 24). Numerosos mártires han muerto por no adorar a “la Bestia” (cf Ap 13-14), negándose incluso a simular su culto. La idolatría rechaza el único Señorío de Dios; es, por tanto, incompatible con la comunión divina (cf Gál 5, 20; Ef 5, 5)." (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2113).
"Ah, pero la adivina dijo que ..."; "Ah, el quiromántico dice que ..."; "Las caracolas dijeron", "La bola de cristal mostró ..."; "El juego de la copa y la brújula ...".
La obediencia a Dios atrae bendiciones. La desobediencia, maldiciones. La obediencia genera fuerza para ganar y coraje para vivir. La desobediencia, debilidad y desánimo.
“Pero si no escuchas la voz del Señor, tu Dios y no te empeñas en practicar todos los mandamientos y preceptos que hoy te prescribo, caerán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones: Maldito serás en la ciudad y maldito en el campo. Maldita será tu canasta y maldito el recipiente donde amasas tu pan. Malditos serán el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, las crías de tus vacas y los partos de tus ovejas. Maldito serás al entrar y maldito al salir. El Señor enviará contra ti la maldición, el pánico y el fracaso sobre todas tus empresas, hasta que seas exterminado y desaparezca rápidamente, a causa de tu mal proceder, por haberme abandonado.” (Dt 28,15-20).
“La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a “mediums” encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios.” (Catecismo de la Iglesia Católica, Nº 2116).
Oración
Hago bajar, Jesús, del trono de mi corazón, a quien tercamente se sentó allí. Solo en el trono de mi alma tienes Tú un lugar. ¡El lugar es tuyo! Es un lugar cautivo que me libera de todo cautiverio. De mi vida eres el único Señor, Señor absoluto y exclusivo. Mi corazón te adora, y como te adora, acepta con gusto a tu señorío. Reconozco, Jesús, tu majestad. Mi corazón es obediente, tengo santo temor de Ti. Renuncio a cualquier búsqueda de poder y conocimiento que Tú prohíbes y aborreces. Amén.
p. Marlon Mucio
Libro: “40 Días transformando maldiciones en bendiciones”
Parcería Editora Canção Nova y Editora “Misión sed santos”
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