Con Jesús por la mañana.
“¿Por qué somos así? Porque tenemos esta posibilidad de destrucción, éste es el problema. En las guerras, en el tráfico de armas somos emprendedores de muerte. Hay países que venden las armas a éste que está en guerra con éste, y las venden también a éste, para que así continúe la guerra. El problema es precisamente la capacidad de destrucción y esto no viene del vecino sino ¡de nosotros!” (Papa Francisco). Ofrece tu día por la intención del Papa, y pide al Sagrado Corazón de Jesús, por la paz del mundo.
Con Jesús por la tarde.
«Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste» (Jn 17, 25). ¿Reconoces a Dios en el mundo? ¿Con qué rostro se te presenta el Padre hoy? Mira atentamente los signos de Dios en tu realidad. Repite al ritmo de tu respiración: «Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.»
Con Jesús por la noche.
Repasa el día. ¿Crees que vas creciendo interiormente? ¿Hay alguna cosa que te incomodó de tus acciones, pensamientos, deseos? ¿Hay algo que quieras agradecer especialmente? Entrega esta noche a tu Padre del cielo, tus preocupaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario