Alimenta tus emociones con afectos que añadan alegría y esperanza, y no colecciones sentimientos tóxicos en tu interior. Tu alma es un jardín; no permitas que raíces amargas y negativas se arraiguen en la tierra que tú eres. Aprende a ser un buen jardinero de ti mismo y cultiva sólo raíces nobles y hermosas en tu corazón.
p. Adriano Zandoná
adaptación del original en portugués.
No hay comentarios:
Publicar un comentario