jueves, 15 de junio de 2017

Evangelio según San Juan 6,51-58. 
Jesús dijo a los judíos: "Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo". Los judíos discutían entre sí, diciendo: "¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?". Jesús les respondió: "Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente". 


RESONAR DE LA PALABRA

Luis Manuel Suarez, cmf
Queridos amigos:
“Dar vida” no consiste sólo en engendrar a una nueva criatura. Y “dar muerte” no se hace sólo matando a otro.
Así nos lo dice Jesús en el Evangelio de hoy: también se “mata” la vida cuando no nos tratamos como lo que somos, cuando hacemos daño al prójimo, cuando anulamos la dignidad del semejante.
Por ello es bueno, de vez en cuando, preguntarte si “alguien tiene algo contra ti”. No si tú tienes algo contra alguien, sino si alguien tiene alguna herida por algo que hayas podido decir, hacer u omitir. Es el momento de hacer verdad, de saberse limitado y a la vez con capacidad de reconciliar, recomponer, restañar. Sin dejar pasar demasiado tiempo. Eso es andar en verdad. Y a partir de ahí tienen sentido las ofrendas y oraciones a Dios, desde la base de una vida que anda en verdad y en amor. En camino.
Damos vida cuando, con nuestras palabras y acciones, acompañamos al otro, ayudamos a crecer, facilitamos que salga lo mejor de cada persona, perdonamos lo que haya que perdonar, tendemos puentes para avanzar y abrimos puertas al encuentro con Dios.
Señor de la Vida,
gracias por darme la vida
y por aquellos que me han ayudado a desarrollarla.
Que yo también sea
de los que facilitan la vida
desde la verdad y la reconciliación.

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

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