lunes, 12 de junio de 2017

Evangelio según San Mateo 5,1-12. 
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: "Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron." 

RESONAR DE LA PALABRA

Luis Manuel Suarez, cmf
Queridos amigos:
Tras la celebración de la Santísima Trinidad, la Palabra nos regala hoy una de sus páginas más luminosas. Es un retrato de la persona de Jesús, hecha propuesta para todos. Te invito a contemplar.
Jesús es el pobre de espíritu que madruga cada día para poner la vida, las personas y los acontecimientos ante el Padre. Jesús es el que se esfuerza y sufre, sabiendo que ya llegará el tiempo del fruto y del consuelo. Jesús es el humilde que vive desde abajo, desde los últimos, haciendo posible que la Tierra sea para todos. Jesús es el sediento de justicia, que espera que esa sed sea saciada, haciendo lo que está de su mano. Jesús es el compasivo con todos los adultos y jóvenes que se encontró a lo largo de su vida. Jesús es el que tiene el corazón limpio, el que ve al Padre y su Reino creciendo a partir de las semillas. Jesús es el que trabaja por la paz, para que todos puedan vivirse como hijos del mismo Padre. Jesús es el perseguido por hacer lo que es justo ante Dios… al que el Padre resucitó de entre los muertos poniéndolo como Señor de la Vida, Verdad de la historia y Camino hacia el Reino.
Jesús es todo eso y es el que contagia esa sed, esa misericordia, esa Vida a quien se acerca a él. Todo puede nacer desde la comunión personal con Jesús. Por su Espíritu, Él alienta las Bienaventuranzas en el corazón de cada persona, no como ley que se impone, sino como respuesta que sacia lo más profundo y se despliega en la vida, agraciando en el camino.
Que la lectura hoy de las Bienaventuranzas te acerque más a Jesús, para vivir con Él y como Él.

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

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