¡Buen día, Espíritu Santo!
Cuando la primera luz del día rompe la oscuridad,
Vengo a pedirte A Ti que transformás
desiertos en estanques,
que haces crecer cedros y acacias,
olmos y cipreses donde nada se espera;
Que mis ojos encuentren Tu Luz,
encuentren Verdadera Luz.
Quiebra mis silencios;
Actúa en mi favor.
Reaviva el amor,
Bendice mis luchas,
Dame la victoria;
Háblame al oído, repítelo hasta cansarte,
grábalo en mi corazón:
Que Tú, sólo Tú, eres el Redentor,
que sólo Tú eres el Auxilio.
Que tomado de tu diestra camine hoy en santidad;
que confíe y no tema,
que pierda todos mis miedos y, lleno de esperanza,
enfrente todos los desafíos.
¡Amén!
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