Padre Bueno,
Cuando nuestra semana se puso a rodar
pedimos para nuestros amigos y hermanos
la Sabiduría asistente de Tu trono.
Aquella que ilumina lo empañado por el pecado,
lo ensombrecido por malas decisiones,
lo deslucido por el egoísmo.
Derrama Tu Espíritu Santo,
el que nos hace santos,
el que pacifica y unifica,
el que alegra y sostiene,
el que abrasa y purifica.
Siembra en la mañana Tu gracia,
Da crecimiento a Tu viña.
Despierta las potencialidades dormidas
Y, haz que llegado el fin de día,
Surja en nosotros un solo canto:
¡Tu Nombre es Santo!
¡Tu Nombre es Santo!
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