Señor,
en éste día en que, llenos del Amor
que de Ti procede,
celebramos a Nuestra Reina del Tepeyac,
la Señora de nuestras tierras,
las Reina de nuestros corazones,
danos la gracia de un corazón sencillo y humilde.
¡Florece en nuestro Tepeyac!
Allí donde nada crece, ¡Haz crecer Gracia!
Allí donde nada se espera, ¡Haz germinar justicia!
Allí donde nadie se mueve, ¡Haz transitar misericordia!
y danos la gracia de un corazón renovado.
Renovado por Tu Amor que hace todo nuevo.
Renovado por la esperanza que engendra alegría y gozo en el espíritu.
Renovado por la Fe que da nueva visión a todos los acontecimientos.
Que sustenta al huérfano y a la viuda,
que bendice en todo tiempo,
que sana y venda corazones. ¡Amén!
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