Buen día, Espíritu Santo!

Señor y Dios mío,
Bendito sea por siempre Tu Nombre;
Bendito sea en la mañana que despierta,
en todo lo que vuelve a resurgir;
Bendito seas en lo alto del cielo,
Bendito seas en los abismos del mar;
Bendito seas en el Corazón del humilde y del pobre,
Bendito seas, presente por Misericordia, en el corazón extraviado.
Tu mirada buscamos, Señor de la Ternura;
para ver y aprender a ver con Tus ojos
Tus manos buscamos, Paciente y Perseverante Amor;
para abrir y aprender a abrir nuestras manos con tu medida,
con la medida de la cruz.
Derrama Tu Espíritu Santo sobre nosotros, Señor,
y danos una nueva consciencia, limpia. Sana.
Derrama Tu Espíritu Santo, Señor,
para enfrentar los malhechores que anidan aún en nosotros.
Robustece al débil.
Levanta al caído.
Anima al abatido.
Consuela al entristecido.
y habla en lo pequeño... ¿qué podemos hacer juntos hoy?