martes, 12 de abril de 2016

El valor de la Consciencia

Consciencia2
Cristo observa que no vale de nada ganar el mundo si el alma se pierde


San Agustín no tuvo recelo de cuestionar si la cizaña que Jesús mandaba dejar crecer con el trigo, podía ser la cizaña de la herejía o de los malos católicos. La cizaña al comienzo, se presenta soberbia y viciosa, pero su destino es el fuego para asar los panes hechos de trigo.
No podemos quedarnos solo en la ley, antes es necesario dejarnos guiar por el Espíritu que da vida. Es una tontería arrancar a la fuerza la cizaña; el trigo pisoteado no sirve para los graneros de la prosperidad. Es con la ayuda del amor y de la libertad que las personas crecen para la alegría de Dios y de los hombres.
Quien pretende cubrir la consciencia humana puede callar y esconder un error o instalar una mentira, que es peor, porque es mentira confesar una conformidad que no existe, presentar una conformidad egoísta solo para evitar la ira de fanáticos.
Cristo observa que no vale de nada ganar el mundo si el alma se pierde. Jesús lucha por justicia para todos, así sea para una mujer sorprendida en  adulterio, que los propios adúlteros juzgaban con el derecho de corregir solo porque eran del mismo sexo privilegiado, el más fuerte.
En Juan 8,7 leemos: “El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra”. Jesús no quiere ser seguido por fieles de consciencia dominada y esclava. Quiere respuestas decisivas, pero amorosas. Discípulos de ojos abiertos, puros y sinceros.
Quiere que, por la sinceridad y libertad, las almas se acerquen a su redención, a su liberación.
La falsa amistad nos aleja de la cruz redentora.
Lo que Jesús quiere de nosotros es sumergimos en la solidaridad fraterna, capaz de convencernos a entregarnos a los hermanos sin limites, libremente.
Un abrazo,
continuo amando y rezando por todos.

Tu hermano,
Wellington Jardim
Cofundador de la Comunidad Canción Nueva
fuente Portal Canción Nueva en español

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