El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin". María dijo al Ángel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?". El Ángel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios". María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Ángel se alejó.
RESONAR DE LA PALABRA
José Luis Latorre, cmf
Queridos/as amigos/as:
Celebramos hoy la Solemnidad de la Anunciación del Señor, trasladada del 25 de marzo. Destaco de esta fiesta tres detalles importantes:
- Dios elige la periferia geográfica -Nazaret- para que Jesús se encarne; deja de lado Jerusalén, capital del judaísmo, y pone su tienda lejos de lo considerado importante en su tiempo. Jesús viene a estar cerca de los pobres, olvidados y marginados de la sociedad. El mismo Lucas dirá que cuando buscaban un lugar para que naciera “lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre porque no habían encontrado sitio en la posada”.Desde el principio Jesús, el Salvador, hace opción por los pobres.
- Dios elige a María, una mujer sin ningún título de nobleza, ya que no pertenecía a ninguna familia importante. María es parte de esa humanidad que, pese a las situaciones históricas de marginalidad, rechazo y abandono por parte del oficialismo socio-religioso de su tiempo, confía, espera y está abierta al querer divino. De esta forma hace posible que la Palabra –Jesús- asuma nuestro barro y lo redima. Ella es la firme aliada de la salvación de Dios que colmará la expectativa de los pobres de su pueblo. Su “SI” es fruto de una fe profunda y de un maduro discernimiento que la convierte en instrumento eficaz de la salvación de todos.
- El ángel Gabriel encuentra a María camino de la fuente y allí le dice “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo… Concebirás y darás a luz un hijo a quien llamarás Jesús”. Dios comunica su plan no en el centro del oficialismo judío, donde todo parece dicho y decidido ya y donde no hay ya cabida para ninguna sorpresa y revelación. sino en una ciudad de Galilea llamada Nazaret, patria de los gentiles, San Juan nos contará que los mismos judíos decían ¿de Nazaret puede salir algo bueno? Tal era el concepto que tenían de esta ciudad.
Desde el inicio de nuestra Redención Dios “despliega la fuerza de su brazo, dispersa a los soberbios en sus planes, derriba del trono a los poderosos y eleva a los humildes, colma de bienes a los hambrientos y despide vacíos a los ricos” (Lc 1, 51-53), porque Jesús ha venido a salvar a los “descartados”, es decir, a los que no cuentan a los ojos del mundo. Y María es la aliada de Dios en su plan redentor.
Fuente: Comentario publicado por Portal Ciudad Redonda
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