Características y frutos del Bautismo en el Espíritu
Nuevo amor por la Iglesia, por María y por los santos
Aquellos que son bautizados en el Espíritu encuentran un amor mas profundo no solo por Jesús, sino también por su esposa la Iglesia. Perciben a la Iglesia como una realidad sobrenatural animada por el Espíritu y no meramente como una institución humana. A través de la estrecha interacción con los demás, ellos experimentan personalmente como el Espíritu Santo trae unidad al cuerpo de Cristo en medio de la diversidad de dones.
A menudo también hay un nuevo acercamiento a María, madre de Cristo y esposa del Espíritu Santo. Los católicos la reconocen como la primera discípula en llenarse del Espíritu Santo (Lc 1,35), y como un modelo de fe, obediencia, oración y docilidad al Espíritu. Tal y como ella estuvo en el corazón del grupo apostólico orando en el cenáculo en espera de la efusión del Espíritu Santo (Hech 1,14), del mismo modo ahora su presencia e intercesión son buscadas ansiosamente por aquellos que se esfuerzan por responder de todo corazón a la gracia de Dios. En consecuencia, hay una nueva comprensión y apreciación de su papel como Madre de la Iglesia.
Del mismo modo, el bautismo en el Espíritu a menudo da a lo católicos una apreciación más profunda de la santidad y de la doctrina de los santos. Así, los católicos redescubren las riquezas espirituales de la gran tradición cristiana de Oriente y de Occidente, y reciben vida y sabiduría de los clásicos espirituales del pasado.
Bautismo en el Espíritu Santo
Comisión Doctrinal ICCRs
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