viernes, 15 de junio de 2018

Revitalización del Culto

Características y frutos del Bautismo en el Espíritu
ALABANZA Y CULTO

El bautismo en el Espíritu conduce a revitalizar el culto, en el corazón de quien proclama las alabanzas de Dios, ya sea con canciones o con palabras habladas, y a menudo con las manos levantadas. Como las personas están llenas del amor del Padre, y del conocimiento del señorío salvador de Jesús, responden espontáneamente con alabanza y culto. Se llenan de alegría, al tiempo que se unen en el movimiento de alabanza y adoración que alcanza su climax en la doxología mayor al final de cada plegaria eucarística: “Por Cristo, con Él y en Él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos”. En esta renovación del culto trinitario, las enseñanzas del Concilio Vaticano II sobre la Iglesia y la liturgia encarnan en la vida del cuerpo de Cristo. (cfr. LG 2-4; SC 5-6; CIC 781 a 810 y 1077 – 1090)

Como el Espíritu Santo se cernió sobre la creación en sus orígenes, así el mismo Espíritu siempre creativo da lugar constantemente a nuevos patrones dentro de la tradición antigua. De este modo, entre los frutos del bautismo en el Espíritu hay muchos signos de creatividad en el culto: una capacidad recién hallada para formular alabanzas a Dios en un lenguaje propio, tanto entre los menos educados, como entre los mejor educados, la recepción generalizada del don de lenguas, sobre todo como un regalo para la oración y la alabanza; el fenómeno del canto colectivo en el Espíritu y una explosión de nuevas canciones y melodías que expresan la alabanza a Dios.

Bautismo en el Espíritu Santo
Comisión Doctrinal ICCRs

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