«Se trata de amar al otro de tal manera que podamos unirnos a él o ella hasta compartir su dolor. Hay personas que permanecen distantes, un paso atrás; en cambio, es importante que los otros se abran brecha en nuestros corazones. He hablado a menudo del don de las lágrimas, y de lo precioso que es. ¿Se puede amar de forma fría? ¿Se puede amar por función, por deber? No, ciertamente. Hay algunos afligidos a los que consolar, pero a veces también hay consolados a los que afligir, a los que despertar, que tienen un corazón de piedra y han desaprendido a llorar. También hay que despertar a la gente que no sabe conmoverse frente al dolor de los demás. El luto, por ejemplo, es un camino amargo, pero puede ser útil para abrir los ojos a la vida y al valor sagrado e insustituible de cada persona, y en ese momento nos damos cuenta de lo corto que es el tiempo»
Francisco
Audiencia General
12-02-2020
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