Los sentimientos del Hijo pródigo
¿Qué es la compunción? Es una disposición del alma que hace que ella permanezca en un estado habitual de contrición. (…)
Miren el hijo pródigo cuando retorna al hogar paterno. ¿Lo imaginamos después de volver, con aire despreocupado y movimientos desenfadados como si hubiera sido siempre fiel? ¡Oh no! Me dirán ¿Su padre no le ha perdonado todo? Por cierto. Recibió a su hijo con brazos abiertos y no le dijo “Eres un miserable” sino que lo estrechó contra su corazón. Su retorno procura al padre tal alegría que le prepara un gran festín. Todo fue olvidado, todo perdonado. Esta conducta del padre del pródigo es imagen de la misericordia de nuestro Padre celeste.
Pero el hijo perdonado, conserva los sentimientos y la actitud que tenía cuando se tiró a los pies de su padre, arrepentido: “Padre, pequé contra el Cielo y contra ti, no merezco ser llamado hijo tuyo. Trátame cómo a uno de tus jornaleros” (Lc 15,19). Estemos seguros que durante los festejos con que celebraban su retorno, esas disposiciones dominaban su alma. Si luego la contrición disminuyó de intensidad, nunca ese sentimiento se borró completamente, mismo después de tener nuevamente su lugar en el hogar paterno. Muchas veces ha debido decir a su padre: “Me ha perdonado todo, lo sé, pero mi corazón no cesará de repetir con gratitud cuánto hay de arrepentimiento por haberlo ofendido y cuánto quiere compensar con una más grande fidelidad las horas perdidas y el olvido realizado”.
Este debe ser el sentimiento de un alma que ha ofendido a Dios (…). La compunción del corazón establece el alma en el horror por el mal y lo afirma en el amor por Dios.
Beato Columba Marmion (1858-1923)
abad
La compunción del corazón (Le Christ Idéal du Moine, DDB, 1936), trad. sc©evangelizo.org
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