Por la mañana mi súplica va hacia Ti:
¡Ven, llena mis entrañas de Tu Amor!
¡Visítame con Tu Gracia y haz de mi una obra nueva!
Dame un corazón apasionado.
Fuerte y serenamente apasionado por Ti,
por Tus cosas...
y si así conviene dime, ¿qué podemos hacer juntos hoy?
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