Señor, en el descanso has penetrado mis pensamientos,
has sostenido mi vida,
has velado por mi espíritu;
Ahora, en la mañana, cuando el tiempo de la acción
presenta sus luchas y tribulaciones propias, te pido:
¡Derrama Tu Espíritu Santo!
Llena con Tu Amor,
Que todas mis sendas hoy. te sean familiares.
Tú eres el que conoce mis entrañas,
Tú, el que me has que me entretejido en el vientre materno,
¡Ven! ¡visítame!
Que Tu Mano poderosa sostenga cada uno de mis pasos.
Amén!
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