Por no saber que es lo mejor para nuestra vida, quedamos indecisos e inseguros y, a menudo, deprimidos. Pero nuestra esperanza de vida da un salto de calidad cuando empezamos a alimentarnos de la revelación de Dios, por medio de la oración y de Su Palabra, de la adoración y de las practicas cristianas.
Necesitamos pedir al Señor la gracia de creer en Su amor por nosotros. Y tomar posesión de que existen muchas cosas por ser transformadas en nuestro ser. Cierto que, si nos dejamos guiar por la voluntad de Dios, vamos a ser verdaderamente felices y libres.
Necesitamos colocar toda nuestra vida en oración. No sabemos como actuar, tampoco, lo que es mejor para nosotros. Pero lo cierto es que las decisiones de Dios a nuestro respecto son perfectas.
Ante los problemas lo mejor que se puede es alabar a Dios. ¡La alabanza abre las puertas a las soluciones!
“Por eso tengo erguida mi cabeza frente al enemigo que me hostiga; ofreceré en su Carpa sacrificios jubilosos, y cantaré himnos al Señor. ¡Escucha, Señor, yo te invoco en alta voz, apiádate de mí y respóndeme! Mi corazón sabe que dijiste: Busquen mi rostro. Yo busco tu rostro, Señor, no lo apartes de mí. No alejes con ira a tu servidor, tú eres mi ayuda; no me dejes ni me abandones, mi Dios y mi salvador” (Sal 27,6-9).
¡Jesús, yo confió en ti!
Traducido por: Thais Rufino de Azevedo
Luzia Santiago
Co-fundadora de la Comunidad Canción Nueva
Co-fundadora de la Comunidad Canción Nueva
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