La vida cristiana es mucho más que placer. La experiencia de Dios es no saber más quien eres, sino recordar quien es Jesús en ti. ¡Hay tantos de nosotros intoxicados por la vida, por la palabra del otro! ¿Cuántas veces ya no te pasó llegar a un lugar y enfermarte?
La gran artimaña del diablo es minar nuestra salud espiritual, colocar desánimo en nuestra vida de oración. Hay personas que se amargan por no haber realizado en toda su vida, pero esas personas no hicieron su parte en el milagro.
El mar de la vida nos convierte en víctimas
Si tuviéramos la posibilidad de analizar nuestro espíritu hoy también veríamos que permanecemos muy secos y paralizados en nuestros miedos. ¿Quieres otorgarle fuerza al enemigo? Ten miedo. El miedo hace que te entregues al enemigo. Muchas veces, el mar de la vida nos convierte en víctimas. ¡Cuántas personas son víctimas de las personas que las rodean! El corazón que no hace la experiencia de sumergirse en el Espíritu Santo siempre será víctima del enemigo.
“No puedo más”. Para esa frase no necesitamos esfuerzo; y cada vez que decimos eso perdemos el movimiento de las aguas y la chance de atravesar el mar. Nos volvemos víctimas, porque perdemos la chance de decir: “yo no acepto”. Ten la fuerza de decir: “Este mar no ahogará más”.
Postura de guerrero
Lo que hace a un hombre de fe es la respuesta que da ante la inseguridad – eso es el Cristianismo. No es una postura angelical, es una forma de tornarse guerrero, soldado. ¡Ánimo! Dios quiere celebrar la victoria en nuestra vida por medio de la fe.
Cuando tengas la valentía de poner el pie en el agua, ya podrás sonreír, porque tu enemigo tiene “pies de barro”, y en las aguas del Espíritu Santo se ahogará. La única forma de vencer el mal es colocar los pies donde el mal no pueda estar.
Padre Marcelo Rossi – Libro “La superación por la fe”
Foto y publicación Portal Canción Nueva en español
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