La Palabra de Dios mueve nuestra vida y el mundo
Debemos tener la Palabra de Dios en nuestra boca, porque el Señor quiere que la pronunciemos para la gracia suceder, porque ella es poderosa, trae bendición y todo bien.
En todos los sacramentos de la Iglesia, más allá de la materia que se utiliza – en la Eucaristía, hay también pan y el vino; en el bautismo, hay agua; en el crisma, hay oleo; en el patrimonio, los cuerpos de los cónyuges; en la orden, hay las manos de los sacerdotes y el oleo -, hay siempre una palabra que debe ser pronunciada, sea de bendición o orden.
El Señor nos ordena que pronunciemos Su Palabra para que la resurrección que Él prometió suceda en nuestra vida.
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
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