Ella no es ausencia de conflictos ni de dificultades. Pero, no puede ser confundida con la relajación de la conciencia y ni con falta de compromiso con la búsqueda de la verdad. La paz es fruto de la rectitud, del amor a la verdad y sobre todo de la caridad sin medida. Ella es inquietante y serena. Ella nos mantiene en pie, aunque heridos. Ella nos ayuda a reconocer nuestros límites y jamás se alinea a cualquier soberbia humana. Que la paz inquieta esté en nuestros corazones!!"
p. Roger Araujo.
Adaptación del original en portugues
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