Las medicinas del Divino Maestro
«La Iglesia no es una comunidad de perfectos, sino de discípulos en camino, que siguen al Señor porque se reconocen pecadores y necesitados de su perdón. Jesús nos libra del miedo, de la muerte y del demonio. Nos hace sus comensales, ofreciéndonos la salvación en la doble mesa de la Palabra y de la Eucaristía. Estas son las medicinas con las que el Divino Maestro nos nutre, nos transforma y nos redime»
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