Mónica, convencida cristiana, estaba casada con un marido de genio demasiado vivo; mujeriego también. Agustín pertenecía a la secta de los Maniqueos y su conducta moral le causó a su madre mucha ansiedad y vergüenza. Sin embargo Mónica finalmente pudo vencerle para la fe con sus oraciones y penitencia --- y ¡qué hombre y qué clase de cristiano Agustín llegó a ser!
Las lágrimas de su madre le habían llevado a vivir en Cristo. De esta manera podemos decir que ella fue dos veces madre. Su vida fue como cantidad de mujeres -pruebas en el matrimonio, preocupación e intranquilidad con los hijos difíciles. Pero ella sabía que la fe en Cristo lo hace todo posible.
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