Con Jesús durante el día.
«Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos con diversas dolencias se los llevaban. Él ponía las manos sobre cada uno y los sanaba.» (Lc 4, 40). Haz un propósito concreto para continuar mejorando tus actitudes y para ser hermano y cercano con los demás.
Con Jesús por la noche.
Califica tu día. ¿Con qué palabra calificarías el día que termina? ¿Qué sucedió en este día para que lo califiques de esa manera? ¿Cómo te sientes en este momento? Agradece el día. La actitud con la que cierres el día de hoy definirá tu mañana. ¿Hay alguien a quién tengas que pedir perdón?
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