«Jesús es la puerta de la salvación. Solamente Él puede transformar mi corazón. Solamente Él puede dar sentido plena a nuestra existencia, donándolos la verdadera alegría. Entrando por la puerta de Jesús, la puerta de la fe y del evangelio, nosotros podremos salir de las actitudes mundanas, de las malas costumbres, de los egoísmos y de cerrarnos en nosotros mismos. Cuando hay un contacto con el amor y la misericordia de Dios hay un cambio auténtico. Y nuestra vida es iluminada por la luz del Espíritu Santo: ¡una luz inextinguible!»
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