A todos nos gusta ir a una casa cuyas puertas estén siempre abiertas para la acogida cordial. Así quiere Jesús que sea su Iglesia: Una casa de acogida abierta a todos. Jesús dice de sí mismo que él es la verja y la puerta del redil. Él acoge a todos los que le buscan, e incluso se desvía del camino para buscar a los extraviados. --- Pero, al mismo tiempo, Jesús nos dice que la puerta es estrecha. --- Tenemos que hacer un esfuerzo serio para llegar a ser como Jesús y para amar y servir a Dios y al pueblo con él, y para vivir según el espíritu del evangelio. --- Con Jesús damos ahora gracias al Padre, y le pedimos que nos dé la gracia de que seamos nosotros también acogedores y abiertos a todos.
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