¿Cómo miramos a otros, y a nosotros mismos, en relación a ellos? ¿Despreciamos a otros, al menos a alguien, y nos consideramos más importantes, como personas dignas de consideración y de honores?
El mensaje de hoy es claro: En el Reino hay un buen lugar para todos y para cada uno. Si hubiera de haber alguna preferencia, habría de ser para los pobres, los discapacitados, los humildes, ya que Dios les otorga el primer lugar, y son los favoritos de Jesús. El mismo Jesús nos pregunta aquí y ahora: ¿Qué lugar eligen ustedes y qué lugar ceden a los demás?
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