domingo, 15 de enero de 2017

Con Jesús por la mañana.
¿Qué queremos todos sino ser amados? En la vida hay dilemas que resolver. Aquí va uno: vives para ti mismo o para amar y servir junto a otros. Vivir para amar y servir es costoso, bello y fecundo. Por eso el mundo se divide entre las personas que buscan ser amadas y las personas que buscan amar. Tú dices “amar”, pero te quejas porque te cansas de dar, ¿es que acaso amas porque buscas ser amado? No te equivoques. El desafío no sólo es amar, servir y dar a otros, sino la intención con la que tú lo haces. ¿La finalidad de tu amor es el otro o tú mismo? Escoge a quien más necesite para brindarle tu amor y recibirás el amor que deseas sin siquiera proponértelo. Ofrece todo lo que hagas por las intenciones del Papa.
Con Jesús por la tarde.
«Juan dio este testimonio: -Contemplé al Espíritu, que bajaba del cielo como una paloma y se posaba sobre él. Yo lo he visto y atestiguo que él es el Hijo de Dios» (Jn 1, 32 34). Tu modo de vivir es un anuncio. ¿Qué vas anunciando mientras vas de camino? ¿Qué dice tu vida de ti mismo? Alegra con tu vida a los demás. Repite al ritmo de tu respiración «Señor, hazme consciente del testimonio que doy con mi vida» mientras continúas poniendo en práctica el propósito del día.
Con Jesús por la noche.
Repasa y cierra tu semana. ¿Qué situaciones te han dejado paz y cuáles no? ¿Qué te hubiera gustado que fuera diferente? ¿Qué bien has podido hacer y qué daño has ocasionado?

fuente El Evangelio en casa

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