viernes, 6 de abril de 2018

ESPERANZA

"Podemos amar a Dios porque esperamos algo de Él, o tener esperanza en Él porque sabemos que nos ama.A veces comenzamos sintiendo la primera clase de esperanza y terminamos sintiendo la segunda. En este caso, la esperanza y la caridad trabajan juntas como compañeras cercanas y ambas residen en Dios. Entonces, todo acto de esperanza puede abrir las puertas de la contemplación, pues una esperanza de ese estilo es su propia realización.
Mejor que esperar algo del Señor más allá de su amor, pongamos toda esperanza en este mismo amor. Este tipo de esperanza nunca es confusa y siempre será tan confiable como Dios mismo. Es más que una promesa de su propio cumplimiento, pues es un efecto del amor que ella espera.
La esperanza busca la caridad porque ya la ha encontrado. La esperanza también busca a Dios, sabiendo que Él ya la ha encontrado a ella. La esperanza asciende al cielo, apenas adivinando que ya lo ha encontrado.

THOMAS MERTON. Los hombres no son islas. 
Editorial Sudamericana.


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