domingo, 8 de abril de 2018

Fiesta de la Misericordia - CELEBRACIÓN FAMILIAR

















Señor, aquí y ahora,
Mientras nuestros ojos te procuran
Pedimos humildemente, y desde el corazón,
Que nos ayudes a superar todas y cada una de las pruebas,
Tormentos, pecados y muros
Que nos dividen, debilitan, hieren y condenan;
Hoy decidimos esforzarnos y ser valientes para buscarte,
Para oír Tu voz y obedecer Tu Voluntad para con nosotros.
Nos disponemos a seguir cada una de Tus instrucciones
Y al signarnos en Tu Nombre, pedimos que
las fuerzas del mal huyan de éste hogar...

Nos persignamos diciendo:
+ ¡Abre, Señor mi mente!
+ ¡Abre, Señor, mis labios!
+ ¡Abre, Señor mi corazón;
Para que pueda recibir y anunciar Tu Palabra!

El Padre o Madre de Familia que preside:

“Padre Bueno,
gracias por permitirnos estar nuevamente en Tu compañía,
humildemente reconocemos que alejarnos de Ti
es tristeza, desasosiego y enfermedad para nuestro espíritu, alma y cuerpo,
pero el acercarnos, es el bien, y es disfrutar de Tu amor, y salud.
Renovamos nuestra entrega a Ti en esta noche,
rindiendo nuestras vidas a tu señorío, para que Tu Santo Espíritu traiga la armonía y el equilibrio que todo ser necesita.
Te amamos y te adoramos en todo momento,
En nuestras alegrías y medio de nuestras penas.
¡Abre Tus entrañas y desde el pecho abierto de Tu Hijo,
Bendícenos con Espíritu Santo!

DECIMOS JUNTOS:

Ven, Espíritu Santo, atiéndenos,
Espíritu del Padre, vivifícanos,
Espíritu del Hijo, sálvanos.
Oh Amor eterno, llénanos,
Con tu fuego, inflámanos,
Con tu luz, ilumínanos.
Fuente viva, sácianos,
De nuestros pecados, lávanos.
Por tu unción, fortalécenos.
Por tu consuelo, confórtanos.
Por tu gracia, guíanos.
Por tus ángeles, protégenos.
No permitas jamás que nos separemos de Ti,
Dios Espíritu Santo, escúchanos.
Con el dedo de tu gracia, tócanos.
Vierte en nosotros el torrente de la virtud.
Fortalécenos con tus dones,
Y con tus frutos, refrigéranos.
Líbranos del maligno enemigo,
En la última batalla, úngenos,
A la hora de la muerte, defiéndenos.
Entonces llámanos hacia Ti,
Para que con todos los santos
Alabemos al Padre, al Hijo y a Ti,
Consolador piadoso y eterno. Amén

Aquel que es el Morada de Dios entre los hombres,
El divino Espíritu, está aquí,
Abrazando y tocando la vida de cada uno de nosotros.
Ese Espíritu está aquí, Actuando con Poder

La “madre” del hogar:
Envía Tu Luz sobre nosotros, Espíritu Santo,
Luz que descubra en nosotros las huellas del pecado
que distorsionan el Proyecto de Amor;
Aquel proyecto que pensaste y soñaste
Para cada uno de nosotros
Y nuestros hogares.
INCENDIA en esta jornada nuestros corazones.
PURIFICA nuestros pensamientos alejados de los Tuyos.
HÁBLANOS al oído,
HÁBLANOS por el hermano, por los gestos.
HÁBLANOS en los silencios.
Llena todos los espacios y haz de esta día
Una DÍA DE ENCUENTRO CONTIGO.
Si es preciso mándanos subir alto, bien alto,
Como NICODEMO.
Pero no permitas que volvamos al ruedo, a la batalla,
Sin contar con Tu Bendición,
Porque para Ti, Dios y Señor,
Nada es imposible.
Porque sabemos que Contigo todo puede ser cambiado,
Ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos.
Amén.
           
FAMILIA
Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas.
Tú eres fuerte, Tú eres grande, Tú eres altísimo,
Tú eres rey omnipotente, Tú, Padre santo,
Rey del cielo y de la tierra.
Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses,
Tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien,
Señor Dios vivo y verdadero.
Tú eres amor, caridad; Tú eres sabiduría, Tú eres humildad,
Tú eres paciencia, Tú eres belleza,
Tú eres mansedumbre, Tú eres seguridad,
Tú eres quietud, Tú eres gozo,
Tú eres nuestra esperanza y alegría,
Tú eres justicia, Tú eres templanza,
Tú eres toda nuestra riqueza y satisfacción.
Tú eres belleza, Tú eres mansedumbre;
Tú eres protector, Tú eres custodio y defensor nuestro;
Tú eres fortaleza, Tú eres refrigerio.
Tú eres esperanza nuestra, Tú eres fe nuestra,
Tú eres caridad nuestra,
Tú eres toda dulzura nuestra,
Tú eres vida eterna nuestra:
Grande y admirable Señor,
Dios omnipotente, misericordioso Salvador.


Jesús, como Zaqueo queremos conocerte mejor,
pero hay muchas cosas que nos lo impiden y nos distraen.
Venimos a esta oración dispuestos a encontrarnos contigo.
Míranos Señor, con ese amor con que miraste a Zaqueo,
ven a hospedarte en nuestras almas, prometemos no dejarte ir nunca más.

Jesús, nosotras, las mujeres de esta casa, como Marta y María,
Queremos conocerte mejor.
Pero hay cosas, situaciones,
que nos impiden entregarnos a Ti.
Míranos Señor, queremos hacer de nuestras casas,
Un lugar para vos, un lugar como era Betania.
Que puedas hospedarte en cada uno de nuestros corazones,
y no te vayas nunca más.

Jesús, nosotros los varones, como Bartimeo, queremos conocerte mejor.
Nuestra ceguera espiritual es honda,
es profunda, llena de oscuridades y misterios.
Nuestra ceguera espiritual hiere Tu Corazón.
Te suplicamos:
Que veamos claramente la maldad de nuestros pecados
Y  nos arrepintamos sinceramente de todos ellos.
Que veamos Tu presencia y entendamos que nunca nos abandonas;
Que veamos Tu rostro en el rostro de nuestro prójimo;
Que veamos Tus huellas en el camino
para que también podamos seguirte.

Jesús, nosotras como ANA la profetisa,
Hace años visitamos Tu templo.
Queremos conocerte mejor.
Nuestra relación contigo se basa en la fe,
Una fe que nos permite percibir lo que nuestros sentidos no pueden.
Esperamos y confiamos en tu misericordia;
Nos abandonamos en tu Providencia;
Sabemos que por tu amor, encontraremos en Ti la paz que buscamos.

Jesús, como el Centurión Romano,
te buscamos necesitados y confiados.
Queremos que nuestros corazones estén llenos de la confianza
Con que oró el Centurión a favor de su criado,
De la confianza con que oraron los leprosos, los ciegos,
Los paralíticos que se acercaban a Ti;
Ellos bien sabían que tus oídos y Tu corazón
estaban siempre abiertos para oír y remediar sus males.
Queremos ser igual, Señor.


Padre o Madre de Familia
Padre Celestial,
Nosotros Te alabamos, adoramos y glorificamos.
Exaltamos Tu Nombre, Tu Gloria y Tu poder.
Agradecemos las maravillas que has realizado a favor de Tu Pueblo
Y, postrados nuestros corazones delante de Tu Hijo,
Te decimos:

MUJERES
Misericordia divina, que brota del seno del Padre, Confío en ti.
VARONES
Misericordia divina, de la que proviene toda la vida y felicidad,
Confío en ti.
MUJERES
Misericordia divina, que envuelve todo el universo,
Confío en ti
VARONES
Misericordia divina, fuente de milagros y prodigios, Confío en ti.
MUJERES
Misericordia divina que desciendes al mundo en la Persona
Del Verbo encarnado, confío en ti.
VARONES
Misericordia divina, que brotó de la llaga abierta del
Corazón de Jesús, confío en ti
MUJERES
Misericordia divina, encerrada en el corazón de Jesús, por nosotros y sobre todo para los pecadores, Confío en ti
VARONES
Misericordia divina que nos acompañas por toda la vida, Confío en ti.
MUJERES
Misericordia divina que nos elevas de toda miseria, confío en ti.
VARONES
Misericordia divina, en la que todos somos sumergidos, Confío en ti
MUJERES
Misericordia divina, dulce consuelo para los corazones atormentados,
Confío en ti
VARONES
Misericordia divina única esperanza de los desesperados, confío en ti.
MUJERES
Misericordia divina, reposo de los corazones, paz en medio de los miedos, confío en ti.
VARONES
Misericordia divina, que despiertas la confianza donde no hay esperanza, confío en ti.

Padre o madre de Familia
Eterno Dios,
En quien la misericordia es insondable
Y el tesoro de la compasión es inagotable,
Míranos favorablemente y multiplica en nosotros
Tu misericordia,
para que no nos desesperemos en los momentos difíciles,
Ni nos desanimemos,
Pero que nos sometamos con gran confianza
A Tu Santa Voluntad,
Que es amor y la propia misericordia.
Tu perdón nos llega a todos como una bendición,
borra nuestros pecados y rebeldías.

Tú bendices y declaras inocentes,
a los que no actuamos con malicia.
Mientras callamos nuestros pecados,
se envejecieron nuestros huesos
y las fuerzas se nos fueron acabando de tanto llorar.
Pero te los confesamos y no ocultamos nuestra maldad,
nos decidimos a reconocerte que habíamos sido rebeldes contigo,
y Tú, Dios y Señor, nos perdonaste,
por eso los que Te amamos oramos a Ti
en todos los momentos de angustia”.
Amén

No hay comentarios:

Publicar un comentario