“Ten piedad de mí que soy un pecador.” (Lc 18,13)
Es importante que insistas en lo que es el fundamento de la santidad y el fundamento de la bondad. Quiero decir la virtud de la que Jesús se presenta explícitamente como modelo: “la humildad. (Mt 11,29) La humildad interior más que exterior. Reconoce que tú eres verdaderamente una nada, miserable, débil, plagado de defectos, capaz de cambiar el bien en el mal, de abandonar el bien por el mal, de atribuirte el bien y justificarte en el mal, y, por amor a este mal menospreciar a Aquel que es el bien supremo.
No te acuestes nunca sin haber hecho previamente un examen de conciencia de cómo has pasado el día. Vuelve hacia el Señor todos tus pensamientos y conságrale tu persona y la de todos los cristianos. Luego, ofrécele tu sueño como alabanza de su gloria, sin olvidar nunca tu buen ángel de la guarda que permanece a tu lado.
San [Padre] Pío de Pietrelcina (1887-1968)
capuchino
“Buona giornata”
No hay comentarios:
Publicar un comentario